En abril del presente año, sufrí un accidente trabajando -me atropellaron-, quedando con varias heridas y hospitalizado. Una vez que me dieron de alta y cuando comencé a caminar al paso de los días sentía mucho dolor en mi rodilla izquierda, acudí a los médicos que me correspondía por ser accidente laboral, a lo cual me dieron terapia conservadora, por una rotura parcial del LCA y meniscos, además esguince II del LCM. Fue así que al transcurrir el tiempo, en julio pese a mis sesiones de kinesiología, mis dolores continuaban, me costaba bajarme de un auto, me costaba subir escaleras, incluso hacer ejercicios, para los médicos antes señalados esto era “normal”. Sin embargo, no me quede con eso y fue así como entre varias búsquedas llegue al Doctor González, quien al momento de tener la primera visita, me hizo explicarle lo que me había ocurrido pero sin decirle los “diagnósticos” de los otros doctores, para no contaminarse. Una vez que me realizo una revisión física, recién reviso las imágenes de las resonancias que ya tenia, el resultado acertado en un 100%, a lo cual me indicó que debía operarme si o si, por la rotura del ligamento cruzado anterior y meniscos. Para alguien que nunca había sufrido una operación de esta índole mi preocupación e inseguridad era tremenda, toda mi vida he sido alguien que hace deporte, entonces mi primera pregunta era si podía volver a realizar lo que tanto me gustaba, a lo cual el doctor con tiempo, paciencia y profesionalismo, supo explicarme y apoyarme desde un primer momento. Por lo anterior, buscando lo mejor para mi en lo económico, personal y laboral, se organizó dicha operación en la Clínica Miraflores - a quienes desde ya hago extensivo mis agradecimientos -, todo esto para agosto de este año. Hoy en septiembre luego de un mes y dos semanas, casi llegando a la tercera, camino bien, estoy retomando una vida “normal”, he tenido buena evolución, el doctor a tenido paciencia y preocupación de adecuarse a este paciente, algo no menor en la actualidad. Estoy con sesiones de kinesiología y solo puedo agradecer de ir evolucionando a diario. Es un proceso largo, si, es un proceso de miedos e incertidumbres también, pero al final vale la pena. Sería mentir decir que no duele porque algo de esta magnitud tiene un debido proceso, pero el doctor y el equipo de kinesiología ha sido fundamental, en aclarar dudas en calmar ansias y despejar miedos. Solo puedo agradecer y esperar a volver a hacer aquello que tanto me gusta.
Paciente